Un día de San Juan hablando en una barbacoa familiar, entre vino y risas, no se cómo quedamos que fuera yo la que le pedía la mano a Toni. Y a ello me puse… Unos meses después decidí que había llegado el momento! Los reyes nos trajeron un jamón de Salamanca y un viaje sorpresa para Toni… un destino especial que él consiguió adivinar el día antes de marchar, el pueblo de Godall, en la frontera de Catalunya. Y hasta allí llegamos con el super micra, entre campos de olivos milenarios, llegamos al pueblo, paseamos por sus calles, descubirmos “lo bar”, visitamos el lugar donde se encontraba la casa de su abuela, conocimos a sus familiares que nos contaron anécdotas y nos enseñaron una fotografía de sus padres debajo de un olivo nueve meses antes de que naciera…!
Y bueno… por la mañana llegó el momento de declararme, qué nervios! Toni encontró un dibujo de un árbol en el colgaban algunos mensajes… que le llevaron a buscar regalos repartidos por la casa… una guía para un futuro viaje a Perú… un cuaderno para escribir nuestra historia y poder planear algunas cosas… unos relojes de madera con una inscripción… y por fin, un papel con unas palabras que salieron del tronco del árbol… así le pedí si quería casarse conmigo… Y él me dijo que sí! Muy contentos y emocionados nos fuimos a celebrarlo con un arroz delicioso en el Delta del Ebro, un paseo por la playa al atardecer y una cena a base de rape y botella de cava.
Pues así fue… y ahora empieza todo el trabajo de organizar este momento y compartirlo con las personas que queremos..!
