El verano de 2017 decidimos pasar nuestras primeras vacaciones juntos haciendo el camino de Santiago. Organizamos el viaje, nos compramos mochilas y complementos varios…
Justo el día antes de las vacaciones fui a tomar algo con mis amigas en las fiestas de Sants y ví una jam de Swing, así que decidí ponerme a bailar. En el primer paso que dí hacia atrás noté como un latigazo en la pantorrilla, intenté seguir bailando pero cada vez me dolía más. Después de eso me quedé a tomar una cerveza pero casi no podía caminar, me empecé a preocupar de verdad. Al día siguiente fui al trabajo, me vio una médico y me dijo que seguramente era una rotura fibrilar. Pensaba que en una semana se pasaría (qué va, tardó 6 meses y tuve que cambiar de trabajo).
Total que tuvimos que cambiar totalmente de plan. Toni fue super positivo y juntos alquilamos un coche para poder visitar Asturias y Galicia de otra manera. Llenamos una maleta con la tienda de campaña y los sacos y nos fuimos de camping por la costa.
Nos pasamos dos semanas de ruta gastronómica, disfrutando el día de mi cumpleaños con un baño en el cantábrico y comiendo entre otras cosas percebes muy ricos, caldo gallego y cachopo (excepción a mi vegetarianismo).
Me costó pero pude cambiar en chip y disfrutar del viaje de otra manera, gracias a compartirlo con Toni y a que pudimos hacer cosas muy chulas que no habríamos hecho caminando. Por eso, las cosas a veces no salen como queremos pero es importante sacar lo mejor de ellas y ver que tal vez la vida nos da lo que necesitamos en cada momento. Fue un aprendizaje y lo pasamos muy bien juntos en nuestras primeras vacaciones!
