Las primeras citas nunca salen como queremos. Aixxxxx. Esa misma semana se me estropeó el coche. Y claro, sin coche no se llega a Santa Eulalia de Puig Oriol. Así que decidido a no dar ningún paso atrás alquilé un coche para subir!
Me había preparado todo un listado de actividades para hacer. Estaba entusiasmado con este fin de semana y quería enseñarle todo el Lluçanès que me deslumbrava. Pero las citas, si van bien, como esta fue, fluyen sin necesidad de planificar nada, así que no hicimos ni la mitad de lo que tenía pensado. Ja, ja.
Llegados para cenar el viernes, teníamos reserva en Can Baumer. Un restaurante peculiar es poco. Con una mesa de 10 metros y aires entre arcaicos, rústicos y casi medievales, hicimos una cena con cocina típica en un lugar atípico. Afortunadamente el mismo Baumer nos despidió con unos chorritos de su colección de licores caseros. Chup chup.
El día siguiente hicimos excursiones por los alrededores de Santa Eulalia de Puig Oriol y terminamos cenando en el restaurante más romanticote y entrañable de la zona, la Primitiva. Conducidos por la Kim, su cocinera argentina, estuvimos recojidos y en un ambiente insuperable.
No os contaré muchos más detalles. Este fue un primer fin de semana de muchos más en el Lluçanès!